Le converso a mi almohada que estoy cansada de oir, de callar y esperar, de morderme las ganas. Reconozco tu espalda, como un cobarde te marchas. Mañana cuando cruces esa puerta no te quiero ver mas y lleva en tus maletas las cosas que en mi vida no van, y no creas que me quedo vencida para tu vanidad, por amor yo me he jugado la vida y me la vuelvo a jugar.
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