3 de julio de 2009

Hay una espalda que me está mirando, hay una nuca que se está dejando acariciar por mí. Hay unos ojos que no saben nada, hay unos labios que de madrugada me dirán que si. Hay un veneno que se le parece, hay un pecado que no se que diera yo por cometer. Hay un infierno que me está esperando, hay una cama que se está empapando con nuestro sudor.

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