Gloria del tinto barato y sin soda, las penas de siempre que aplastan la fe; tranco cansado y lagrimas secas, un día mas sin noticias de Dios. Vivir siempre rascando la olla, mirándole la cara al dolor, carne de tempestad, los olvidados, con el agua en los pies no es difícil odiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario