Clavás un tinto para no escuchar a tus demonios que no paran de picar tu cabeza . Colgás tus ganas tibias en el placard, llevás tus orgasmos ocres al Laverap y las paredes de tu vida en falsa escuadra. Y no te dormís y la noche se viene en banda; mitad quemado, mitad momia, vas sonámbulo de rabia tan mal parida .
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